Un telón acuoso y nocturnal, permitía ver malamente desde el puesto central el ala Este del edificio. Dentro de “La chanchera”, casamata aislada en su primer piso asomándose sobre los tachos de desperdicios, la silueta apenas entrevista de un soldado, con su casco, capote y la punta del fusil.
El suboficial principal Faldutti, soportaba resignado los achaques de su edad poblada de incontables guardias en cuarteles, oficinas navales y algún que otro buque, juntando años en procura de jubilarse con la máxima remuneración posible.
A su lado entintado de rojo por el reflejo del calentador eléctrico, Lencina, el cabo de cuarto() que le había tocado en suerte esa noche chupaba la bombilla silencioso y reconcentrado. El cabo primero Lencina, como casi todos sus iguales, vieron el agua grande recién en el servicio. Venían de otros mares, de piedra, frío y silencio, o de salitre, calor y silencio, o quizás de vastedades de pastos verdes, viento y silencio.
Nunca dejaba de ser perturbador verlo recorrer los puestos de guardia con el fusil a la cazadora, pardo, chuzo y opaco, amenazante en su estatura.
La puerta de lata chirrió al abrirse.
--¿Y vos que hacés acá a esta hora Ferrari?
-- Estoy encanado suboficial.
--Vení, ya que estás al pedo, cebá mate. Y no me quemés la yerba que si no te hago seguir en cana. ¿Entendiste?
--Sí suboficial.
--¿Cuánto te dieron?
--Siete días.
--Tenés que haber hecho alguna cagada grande para comerte una semana adentro.
--Y sí... depende como se mire.
--Estos pendejos son todos iguales. Siempre le buscan la vuelta, quieren caer parados como los gatos. No depende un carajo. ¿Qué hiciste?
--Vacié un cargador de FAP() sobre un tren, mientras estaba en instrucción. --Estas loco. ¿Balas de guerra o de salva?
--De fogueo.
--Estás loco igual. ¿Te vio alguien?
--Todos. Cuando disparé desaparecieron todos de las ventanillas. Se deben haber tirado al piso.
--Seguro, los tiros de verdad son humo y plomo, impresionan más los de mentira que son puro fogonazo y ruido. Che, ¿eso no pasó la otra tarde, cuando mataron a Krapf?
--Delante de mí, justo delante. El michi(), perdón, el Guardiamarina Krapf venía derechito a levantar mi puesto, después del ejercicio y ahí justo cuando pasaba el tren, sonaron tres tiros y lo vi caer como un muñeco. Me puse loco y disparé.