Esta página intenta ser un espacio multicultural donde todas las personas con inquietudes artísticas, en cualquier terreno que sea puedan publicar sus creaciones en forma libre y sin ningún tipo de censura. Son bienvenidas todas las muestras de las bellas artes que los lectores del blog nos quieran acercar. El único criterio válido es el de la expresividad, y todo aquél que desee mostrar sus aptitudes no tendrá ningún tipo de censura previa, reparos o correcciones. Este espacio pretende solamente ser un canal más donde los artistas de todas las latitudes de nuestra Iberoamérica puedan expresarse. Todas las colaboraciones serán recibidas ya sea en nuestro correo todaslasartes.argentina@gmail.com o bien en nuestra página en facebook denominada "Todas Las Artes Argentina" (Ir a http://www.facebook.com/profile.php?id=100001343757063). Tambièn pueden hacerse amigos de nuestra Página en Facebook yendo a https://www.facebook.com/pages/Todas-Las-Artes-Argentina/249871715069929

viernes, 29 de abril de 2011

POEMAS de Ana Romano, de Buenos Aires, Argentina


AÑORANZA, por Ana Romano

Asomada al recuerdo
emerge
tu
figura soberbia
autoritaria
desprotegida
En aridez
sembraste
diminutas semillas
La muñeca impávida
detecta
cómo llega la muerte
Despido
en cuanto salpica
un hálito de destellos.

jueves, 28 de abril de 2011

GRACIAS, CAJA DE EMPLEADOS ©, por Carlos Alejandro Nahas, de Buenos Aires, Argentina


Estaba en unas vacaciones olvidables. Departamento prestado, sin cocina, sin heladera, en pleno dentro de Avenida Colón, en Mar de Plata. Y encima yo desempleado.
            Mi mujer y los chicos dormían, y los autos pasaban por la avenida raudamente, sin dejar de tamborilear sobre mi cabeza, sin dejarme margen para dormir. La primera noche concité el sueño brevemente. La segunda francamente no.

miércoles, 27 de abril de 2011

LA CASA DE MI VIDA, por Gustavo M. Galliano, de Rosario, Argentina

(Este cuento obtuvo el PREMIO NACIONAL “EL QUIJOTE DE PLATA XXXIII” en género cuento, organizado anualmente por la Asociación Arte y Cultura de San Lorenzo y auspiciado por la Municipalidad de San Lorenzo y la Honorable Cámara de Senadores de la Provincia de Santa Fe (Argentina).
-------------------------------------------------------------------
Elena, la joven empleada inmobiliaria, atractiva y curvilínea tan dulce como su sonrisa, -aunque aquellas curvas fueran más sugerentes y sumamente más peligrosas que su sonrisa, indudablemente más turbantes- me recibió cordialmente en el portal, haciendo uso de un verborrágico monólogo finamente estudiado en cada detalle, para indicarme finalmente que le acompañara en el ingreso a la casa.
Era la encargada de mostrarme la bellísima mansión, que se alzaba en pleno Boulevard Carmesí, una magnífica mole de mármoles y finas maderas, caobas, robles; adornos imponentes de cristal, bronce, plata y oro, escaleras con barandales macizos, cuadros y pinturas de exquisitos autores. Y su mejor sonrisa para ocultarme las pocas bondades que los años se atrevieron a robarle  a  aquel inmueble impresionante.

domingo, 24 de abril de 2011

UN SUEÑO ROTO y otros poemas, por Justina Cabral y Ezequiel Andrés Cámara, de Mar del Plata, Argentina


UN SUEÑO ROTO, por Justina Cabral

Un sueño roto
A orillas de tu esperanza
Armaste montes de sueños...
¡Con tus manitas vacías
Pintaste un futuro incierto!

En un barco de papel
Escribiste tus deseos...
¡Las palabras que escribiste
Las fue desarmando el viento!

martes, 19 de abril de 2011

QUEJAS DE BANDONEÓN, por Eva Marabotto, de Buenos Aires, Argentina


Algunas tardes, el cielo estaba plomizo durante toda la tarde, hasta que, repentinamente se ponía a llover. Otras, el sol acariciaba la piel de los que caminaban por los barrios, disfrutando del día y volvía más brillantes los colores a través de los vidrios del auto. Había días de frío en los cuales tenía que parar para tomar un café con leche o una ginebra. Pero llegaban otros en los que sólo el aire acondicionado impedía que muriese calcinado bajo el bochornoso sol de los mediodías de verano.

LA ACACIA, por Jessica Arias, de Cataluña, España

Al gran artista y poeta, Antonio Gala

Susurró tus dulces versos
en lágrimas, la caracola
amanecida a la orilla,
florecida en las rocas.

ACUERDOS, por Rolando Revagliatti, de Buenos Aires, Argentina



Lo mismo
Es agua
Es un lugar común
El agua
Es un lugar común convenir:
El agua
Insiste

lunes, 18 de abril de 2011

EL CAMINANTE, por Gladys Acevedo, de Córdoba, Argentina



(En homenaje a aquellos pobladores que habitaron este querido suelo,
y que gracias a su cuidado hoy podemos disfrutar)

Otro despertar sintiendo la pesadez del calor apretujando sin piedad la oscura habitación. Ni una simple brisa movía el aire enrarecido. Sólo el zumbido de los mosquitos, insistentes y mortíferos, se confundían con el chasquido de las manos que intentaban aplastarlos.
Sobre cueros bien sobados, tapizando el piso de tierra, descansaban Aiken, su mujer y sus cinco hijos. Hacía horas que el sopor había causado los efectos propios del intenso verano. Sus cuerpos semidesnudos, entre el relajamiento y  la tensión, brillaban por efecto del  sudor  denso y persistente.

LA MUERTE DEL NEGRO ANTONIO, por Ramón Elías Pérez, de Maracaibo, Venezuela


Muchos años después me encuentro frente a la capilla que le han levantado en el Cementerio Municipal de Valencia a Miguel Ángel Barrios. No lo puedo creer, el bandolero más buscado, el enemigo número uno, ahora convertido en figura de devoción.
En el pórtico, junto a la puerta de hierro que resguarda el pequeño espacio construido con bloques de cemento y techo de zinc a dos aguas, hay una cuerda que el visitante debe halar para anunciarse. Lo hago con algo de aprehensión, el badajo hace sonar la campana y se produce ese tañido agudo que retumba en el silencio del camposanto. Justo allí comienzo a tomar fotografías. Placas, adornos, flores, botellas de distintos licores, agradecimientos a los favores recibidos, cientos de objetos. Bienvenidos al Santuario del Negro Antonio, se lee. Más adelante la normativa del panteón: Prohibido fumar tabaco, prohibido el consumo de bebidas alcohólicas, no derramar líquidos sobre la tumba, no sustraer imágenes, no hacer ofrendas con dinero, mantener limpio el piso de la capilla...

miércoles, 13 de abril de 2011

TÓMESE UNA COPA, UNA COPA DE VINO ©, por Carlos Alejandro Nahas, de Buenos Aires, Argentina

Pepe había ido a Montevideo muy joven. Era un portento en todo sentido. Español de Galicia, bien parecido, más que bien parecido, tenía una pinta que rajaba la tierra. Simpático como pocos, entrador, caradura. Encima cantaba como los dioses. Tenía una voz que paralizaba la tierra, y cuando comenzaba a entonar todo lo que pasaba a su alrededor se inmovilizaba literalmente. Y por sobre todas las cosas era la mejor persona que conocí jamás. Era bueno, pero realmente bueno. Uno no podía enojarse con él. Al momento de conocerlo supe que iba a ser uno de mis amigos más entrañables.

lunes, 11 de abril de 2011

TRES MINICUENTOS, por Héctor Zabala, de Buenos Aires, Argentina


CADENA PERPETUA, por Héctor Zabala ©
Cierta vez un escritor quiso terminar un cuento carcelario. Como no quedaba conforme con ningún final, abusando de la magia (porque también era brujo) se metió en su propia obra por si los personajes lo inspiraban un poco.
Pero los personajes resultaron ser delincuentes de lo peor: en un descuido lo encerraron en la cárcel a perpetuidad mientras ellos escapaban del cuento.

“Cadena perpetua” (minicuento): Finalista en el certamen internacional Microcuento En Rojo, del periódico Claridad. San Juan, Puerto Rico, 4 de noviembre de 2010. 

domingo, 10 de abril de 2011

CRISTINA, por Rubén Amaya, de San Miguel de Tucumán, Argentina


I

Con contradicciones y desplantes, Cristina siempre fue una mujer entera. Al conocernos, podría jurar que no éramos las personas indicadas para ser amigos. Ella consideraba mis posturas, como dogmáticas. Yo le señalaba cierta dualidad, que indicaba, según mi punto de vista, falta de definición.
Una amiga común me acercó poemas escritos por ella. Con la honestidad y la soberbia de los veinte años, critiqué su falta de compromiso.
Al poco tiempo me invitaron a una reunión informal, en casa de amigos. Marta, la dueña de casa, me recibió acompañada de una desconocida. Pelo negro, estatura mediana, delgada, elegante, ojos negros, de mirada franca. No eran un rostro y una figura que pasaran desapercibidos. No era algo físico. Emanaba de su interior y se transmitía en cada movimiento. Marta la tomó de un brazo, y con una pícara mirada, me dijo:
- Te presento a Cristina. Ya le comentaron tu opinión sobre sus poemas.
Advertido de su temperamento, me preparé para un enfrentamiento, ejercicio que debo confesar, me encantaba. Le extendí mi mano. Mirándome fijo a los ojos, me dijo:

viernes, 8 de abril de 2011

CARENTES DE AMOR, por Justina Cabral, de Mar del Plata, Argentina


Dos niños vio Jesucristo,
a los dos los encontró
con virtudes y defectos
y todo les entregó

Uno negro y otro blanco,
carentes ambos de amor,
los cobijó entre sus brazos
para brindarles calor

EL CHISME, por Justina Cabral, de Mar del Plata, Argentina


Chusmeando cuéntame un chisme
que el chisme es puro chimento
porque si bien no chusmeo
la mentira es puro cuento

Amanece en el Mar, por María de las Mercedes Nahas, de Buenos Aires, Argentina


Para comenzar el fin de semana con alma y corazón de niño, va este hermoso dibujo de María de las Mercedes Nahas (Mechi) y dos hermosos poemas que nos alcanzó amorosamente a título de colaboración Justina Cabral

jueves, 7 de abril de 2011

LA PLAZA, por Eva Marabotto, de Buenos Aires, Argentina


Para Carlos

Aquella mañana Chela no había venido. Llamó como las 7, poco antes de que él se fuese para la escuela, para explicar que el puente estaba cortado y el colectivo no podía llegar. Su madre protestó bastante porque necesitaba que le almidonase los puños y cuellos de algunas blusas y se dispuso a arreglárselas con el chofer y la cocinera.
            En el colegio el cura rector les dio un discurso explicando que aquél era un día para cuidarse. Repitió una frase que él había escuchado en la radio. Algo de “el aluvión zoológico” para nombrar a los miles de obreros, los cientos de sastres y la enorme cantidad de modistas y lavanderas, de peones y sirvientas que se afanaban por llegar a la Plaza de Mayo.

miércoles, 6 de abril de 2011

EL AFILADOR, por Andrés Berger Kiss, de Bogotá, Colombia


(“El afilador” ganó un premio nacional de cuento en 1988, fue publicado en el magazín America’s Review de la Universidad de Houston. El original en castellano lo publicó la Revista Literaria del Museo Nacional de México. Y una traducción al húngaro apareció en el libro Egtájok, publicado por la Editorial Europa de Budapest entre los mejores cuentos mundiales de 1989).

Manejaba un triciclo de ruedas enormes que tenía montado un parasol amarillo encima de una gran caja verde llena de herramientas para afilar cuchillos y tijeras, y venía todos los sábados a las nueve en punto de la mañana por nuestro vecindario anunciándose con una dulzaina que tocaba con una mano y que apenas daba cuatro notas agudas, la última de las cuales él sostenía por varios segundos.  Apenas oíamos aquella serie de disonancias repetidas sin variación alguna, todos los niños de la Avenida Echeverry entre las calles de El Palo y El Chumbimbo interrumpíamos cualquier actividad por muy importante que fuera y salíamos a la calle en tropel aún cuando estuviera lloviendo a cántaros.

lunes, 4 de abril de 2011

PRIMO CRUEL, por Delfina Acosta, de Asunción, Paraguay

Cuando Narcisa Ibáñez enviudó, y luego de una breve enfermedad sus ojos asustados se cerraron, en una tarde en que un jilguero picoteaba nerviosamente los vidrios de  la ventana de su habitación, Clementina, su hermana, supo que debía traer a sus sobrinos Juan, Marta y Manuela, a vivir en su casa.
Eran mellizos de siete años Juan y Marta; la niña, con una cara que parecía robada de una muñeca pues sus pecas abundantes, sus bucles rubiáceos, sus ojos como botones azules, y su rubor encendido cual brasa, resultaban parecidos a la colección de juguetes “mami, mami”, que desde los escaparates conseguían que las niñas aplastaran sus narices, sus caritas enfermas de amor maternal contra el vidrio. Juan era ligeramente distinto a su hermana. Las pecas no cubrían su rostro. Una pizca de bondad, propia todavía de una edad desconcertada, cruzaba su rostro, en especial, cuando parpadeaba. Ambos coincidían en las  ganas de jugar sin fatigarse.

viernes, 1 de abril de 2011

EL ACOMPAÑANTE, por Elizabeth Oliver, de Montevideo, Uruguay


Ella había muerto, pero a nadie se le ocurrió que me habría gustado despedirla... yo no importaba más que para ella. Recordé sus palabras: "Mi sepelio será sin ceremonias hipócritas e innecesarias, porque así lo firmé hace tiempo. Y lo que hagan con mis cenizas me tiene sin cuidado". Ella sabía que todo lo mío era sincero... pero también vislumbraba mi destino con su ausencia, aunque no me lo dijera. Imaginé su sonrisa, conformándome, y casi la escuché decirme: "Lo único que lamento es dejarte solo".
            Yo debutaba cuando la conocí. Ella empezó a valerse de mis servicios recién después de haber vivido medio siglo. Antes... no había podido costearse algo que, aunque común y necesario, ella consideraba "un lujo". Mi función era acompañarla y protegerla, fuera de casa. Lograr con mi presencia que sus salidas fueran placenteras y tranquilas, en medio de un ámbito de peligro e inseguridad acechante a toda hora y en todo lugar.