La vida de Margarita y su padre había sido de
una permanente trashumancia. Desarraigados por la tragedia y sus consecuencias
penales, perseguido por sus enemigos políticos que no tenían empacho en
montarse a la ocasión para difamarlo, y huyendo de los recuerdos dolorosos, el
padre había llevado y traído a la hija por el mundo, haciéndole adquirir
lenguas y modales, y una sensibilidad a la belleza que le daba su
característica claridad de expresión. Los exilios se habían multiplicado y
superpuesto. Había momentos, arios enteros, en que él mismo no sabía si estaba
o no estaba. En los pocos años de vida de la joven se habían comprimido
trastornos políticos y revoluciones que en otros países llevaban siglos. Las
intervenciones sociológicas y filosóficas del padre, sus teorías ambiguas, lo
habían hecho sospechoso a los ojos del clero y las fuerzas armadas, y más de
una vez había debido salir al extranjero, o del extranjero, entre gallos y
medianoche para escapar de una presión calumniosa que amenazaba su debilitado
sistema nervioso. Dolorosamente, y a costa de su salud, se había ganado la fama
del nuevo Alberdi. A pesar de todo, no se había separado nunca de su hija,
sobre la que ejercía la protección de un abuelo combinada con la untuosa
cortesía de un profesor de música." Así
describe la editorial Mansalva la última novela de César Aira, Margarita (un
recuerdo).
"
César Aira es un narrador extravagante,
fabulador de historias surrealistas que escapan de la concepción más
tradicionalista de la literatura", definió el portal Solo de libros. "La
imaginación es una forma de experiencia, la imaginación se alimenta de la
experiencia de lo que se vive, pero en general lo mío, cuando hay algo
autobiográfico está oculto, le sucede a un chino en China o a un monje budista
en el fondo de un bosque de Corea y es algo que me pasó a mí. Si aparezco yo en
la novela o alguien muy parecido a mí, lo que está pasando no me pasó en la
vida real", reconoció el autor sobre el caracter de su obra.
Aira
nació en Coronel Pringles en 1949 y es escritor, dramaturgo, novelista y
traductor. En 1967 dejó Pringles y se instaló en el porteño barrio de Flores.
Ambos son espacios muy presentes en su escritura, si bien su capacidad para
crear nuevos escenarios, nuevas situaciones y nuevos registros no solamente es
extraordinaria sino que está en el centro de toda su obra, y es la que le da
unidad y al mismo tiempo expresa la percepción fragmentaria de las cosas. Esta
considerado por muchos como uno de los más grandes exponentes de la literatura
argentina contemporánea y como el autor de una obra que se resiste a las
clasificaciones.Su producción asciende a más de 60 obras,. Entre
ellas: La liebre, Emma , la cautiva. De cómo me hice monja, El mármol y Los
fantasmas.
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