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miércoles, 15 de enero de 2014

LA RED ME ENSEÑA AMOR, por Salvador Alario Bataller, de Valencia, España

“Diré apenas cuatro palabras sobre eso que llaman cándidamente amor.
Primero: el amor es un cuento chino.
Segundo: sí que existe un estado mental (psicofisiológico realmente) que podemos denominar enamoramiento (en realidad es enchochamiento, que algunos han calificado de enfermedad mental; pienso que tampoco tiene porque ser así)
Tercero: cuando nos enamoramos de una y no de veinte (y siempre de la más inconveniente) el gris común comenta que el amor tiene algo brujo, magnético, mágico, que la razón no comprende.

Cuarto: lo anterior es una burda mentira, lo que sí existe es una atracción más fuerte por unas hembras que por otras, lo cual es una mera cuestión biológica (etológica). En suma, hay mujeres que nos atraen sexualmente con una intensidad especial, con todos sus correlatos psicofisiológicos. Ante tal estímulo, encendidos, nos acercamos y después nos podemos sentir enamorados.

Quinto: esa atracción se une patéticamente al cuento que nos han metido en la sesera desde niños: el amor, la princesa, la doncella, la maravilla, la eternidad, crecerás y te enamorarás, espera y verás, que uno está como en un sueño, que se le para la respiración, que la vida se tiñe de un color diferente (rosa, se dice) y, además, fueron felices y comieron perdices,  la  Bernardette de la Chochette y todo lo que sigue, un pérfido condicionamiento educativo que nos lleva a la creencia de que algo así existe y es maravilloso.
Sexto: consecuentemente, nos sentimos primero excitados y segundo nos creemos enamorados. En ciertos momentos históricos, lo primero sin lo segundo indicaría que estamos enfermos (no siendo así, claro).
Séptimo: si el amor se hubiese condicionado a la alcachofa, le hablaríamos amorosamente pero no nos pondría cachondos. Ergo, lo más relevante y primigenio es pues la atracción sexual, lo importante es la mujer, no la alcachofa.
Octavo: por eso (la educativa maquinación inicua referida) el sexo se une al amor y algunos dicen que la sentimentalización del sexo es una evolución en la conducta sexual humana.
Noveno: lo anterior puede ser cierto, aunque el resultado es la esclavitud de una parte (o de las dos, depende) y la seguridad de otra, mientras dure.

Y finalmente:

Décimo: además de sexo usted puede enamorarse: piense siempre que es su biología lo que, en primer lugar, le empuja y, en segundo, ya se apañará, porque el problema es enteramente suyo.
Desde luego, los cuentos de hadas y las historias de amor me gustan y soluciones tengo algunas para los puntos más frágiles de ése, muchas veces, doloroso sentir a dos. Pero lo dejaré para otro momento.”
Perales Cabanilles i Bohigues, 2008, Hojas roñosas en el fondo del bolsillo de mi pantalón (ensayo inédito).
Papel encontrado por mí casualmente en la papelera de un café. Sin más comentarios.
A la mañana siguiente colgué el texto en la Web, de cochinadas, de un amigo y, al poco tiempo, apareció este comentario como respuesta:
“Eugénie dijo
Oloooo
Hojas sabrosas:
Unas palabras sobre eso:
1) El amor es un cuento divino.
2) Enfermo es el que sufre, dichoso el que ama.
3) El corazón tiene razones que la mente no comprende. Brujo, brujo...
4) El sexo es la sonrisa del alma. El Amor es la boca que la pinta. Un polvete sin Amor es como la meadilla que echas en cualquier momento. Puro desahogo fisiológico. Cuando acabas sólo te queda la sensación de que algo se quedó vacío.
5) Existen, existen las paradas respiratorias y los sofocos extremos que pintan de colores toditas las horas del día. Rosa, azul celeste, rojo pasión... ¿Quieres más? Merveilleux mon Amour.
6) Amor implica excitación. Excitación no siempre sexo.
7) Una alcachofa con hojas rojas, tallo esbelto, cáliz verde, espinas y olor fragante… una rosa, simple rosa, puede enamorarte. Intenta pensar en lo sublime y tal vez entiendas que para sentir así, no hay que estar enfermo.
8) Que sexo y Amor pueden ir revueltos pero uno y otro pueden existir por separado. ¿Qué es lo que sientes por tu madre, o por tu hermano?
9) El verdadero Amor no tiene más cadenas que las de la entrega mutua. El resto son ataduras impuestas en su nombre.
10) Primero puedo enamorarme de su alma y después quizá llegue el desenfreno y la locura de desearlo.
Tal vez aún no hayas AMADO”.
Como cabía esperar, cada uno tiene su enfoque, Marte y Venus, cada género. Pero solo ellas se creen con la capacidad de amar (amar de verdad, entiéndase).

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