Esta novela de Antonio Ortuño tiene el
mérito de narrar un suceso a partir de varias voces: las de sus personajes,
cada uno con sus miedos y obsesiones y la de los textos oficiales -que por
decir lo menos, siempre dicen lo mismo. Es una historia que encoleriza, pero
conmueve al mismo tiempo. El incendio provocado en un albergue para inmigrantes
centroamericanos en un lugar de nombre Santa Rita desata la trama. En aquel
pueblo hace tiempo que se perpetran escenas dantescas sin que parezca
importarle a nadie. Irma llega hasta ese lugar como una trabajadora social más
que intenta ayudar a los inmigrantes centroamericanos en su odisea por
territorio mexicano.
Ataques
contra inmigrantes se suceden uno tras otro y todos reciben el mismo trato
oficial de la Comisión nacional de migración, CONAMI, las mismas palabras con
diferentes fechas. Se desencadenan las mismas amenazas contra aquellos que
quieren meter sus narices un poco más al fondo o insisten en la justicia. La
fila india es una historia apasionante. Antonio Ortuño tiene la destreza de
narrar lo siniestro con un peculiar toque de humor negro y envolver al lector
con cada uno de sus personajes.
Antonio Ortuño, hijo de inmigrantes
españoles, nació en Guadalajara, México, en 1976. Fue, en ese orden, alumno
destacado, desertor escolar, obrero en una empresa de efectos especiales y
profesor particular. Trabaja desde 1999 en el grupo de periódicos Milenio,
donde ha sido reportero, editor y, actualmente, Jefe de Redacción del
diario Público-Milenio. Su primera novela, El
buscador de cabezas (2006), recibió el elogio unánime de la
crítica de su país y fue seleccionada por el diario Reforma como
mejor primer libro del año. En 2006 apareció en España su libro de relatosEl
jardín japonés. Es colaborador habitual de publicaciones comoLetras
Libres, La Tempestad y Cuaderno
Salmón.
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