Y la niña con trencitas,
Zoquetes y valijita,
Con las piernas temblorosas
Se sumergió en el recelo.
Muy poco duró el miedo;
Allí encontró a sus hermanos,
Amigos inseparables
Y a los padres sustitutos,
Que fueron más que maestros.
Ellos contuvieron sus penas
La alentaron en sus sueños.
Allí pasó su fugaz infancia
Fue rauda la adolescencia,
El tiempo anduvo de prisa
Pero aún vive en su corazón
El momento del adiós
Que no es más que un
¡Hasta luego!
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