Esta página intenta ser un espacio multicultural donde todas las personas con inquietudes artísticas, en cualquier terreno que sea puedan publicar sus creaciones en forma libre y sin ningún tipo de censura. Son bienvenidas todas las muestras de las bellas artes que los lectores del blog nos quieran acercar. El único criterio válido es el de la expresividad, y todo aquél que desee mostrar sus aptitudes no tendrá ningún tipo de censura previa, reparos o correcciones. Este espacio pretende solamente ser un canal más donde los artistas de todas las latitudes de nuestra Iberoamérica puedan expresarse. Todas las colaboraciones serán recibidas ya sea en nuestro correo todaslasartes.argentina@gmail.com o bien en nuestra página en facebook denominada "Todas Las Artes Argentina" (Ir a http://www.facebook.com/profile.php?id=100001343757063). Tambièn pueden hacerse amigos de nuestra Página en Facebook yendo a https://www.facebook.com/pages/Todas-Las-Artes-Argentina/249871715069929

miércoles, 27 de noviembre de 2013

EL TREN PASA SOLO UNA VEZ, por Malena Lorenzo, de General Villegas, Argentina


Hoy escuché una canción que decía algo como: "Only miss the sun when it's start to snow". Inmediatamente me puse a pensar en todo aquello que perdemos o, mejor dicho, que dejamos ir, por no valorar a tiempo: cuando lo tenemos.

No sé si se trata de una ceguera mental o si solo responde a la manía de querer tener aquello que no tenemos, justamente por no tenerlo. Esto podría ser pensado desde la oposición entre lo que es propio y lo ajeno: la barrera que hay entre éstos. ¿Cómo? Adquirir algo que no tenemos pero que sabemos que otros sí tienen, significaría, en muchos casos, arrebatárselo a ese otro. Apoderarse de algo que otro también desea. Además, se trata de invertir tiempo y energía en ese algo para conseguirlo. Pelearlo. Ganárselo. Claro que, si éste es el verdadero motivo, estaríamos hablando de una actitud sumamente estúpida y egoísta, pero no muy ajena a nuestra realidad.

Ahora bien, ¿qué pasa en realidad con eso que "tanto" queremos? ¿Lo queremos, en realidad, más allá de su condición externa? Esto es fácil de demostrar: ¿cuál es nuestra actitud hacia dicha cosa una vez que la conseguimos? ¿Sigue siendo tan importante o es cajoneada en un instante para ser reemplazada por otro deseo todavía no alcanzado y así sucesivamente? 
Si hablamos de objetos, podríamos asumir una postura que nos defendería (relativamente), sosteniendo la idea de que vivimos en una sociedad consumista, bombardeada a diario por publicidades que nos incitan a deshacernos de lo "viejo" para convertirnos en personas más "cool" adquiriendo los "último modelo". A pesar de tratarse de individuos pensantes, es un sistema que se mueve en una inmensa masa, o corriente, difícil de contrarrestar.  
El problema viene cuando esa misma lógica se traslada hacia las personas, a los lazos afectivos, a las relaciones que establecemos unos con otros. ¿Entienden la gravedad de considerar a alguien desechable como si fuese un producto que descarto en cuanto deja de servirme y/o gustarme? Hoy en día es algo común. Seguramente lean esto y crean que estoy exagerando: es sólo que resulta chocante el ponerlo en palabras, pero no por eso pierde validez. Pensemos en la cantidad de divorcios que hay. Sin llegar a eso, pensemos en cuantos novios o novias (si es que llega a asumir esa formalidad) tiene alguien hoy antes de casarse. Muchas. Infinitas. ¡Tantas como pares de zapatillas! No existe compromiso con nada ni nadie. El ser humano del momento defiende lo suyo, es sumamente individualista, y le importa muy poco lo que pase al de al lado.
Muchísimos intelectuales muy leídos como, por ejemplo, Pierre Bourdieu, pelean por el concepto de "excepción cultural", defendiendo la necesidad de un proteccionismo que resguarde la producción cultural de cada país de las garras del mercado y su lógica avasallante, perfectamente graficado en el mismísimo Hollywood. Estos autores consideran que el mercado y su finalidad, la ganancia, son perjudiciales para el arte ya que no hace más que homogeneizar y vaciarlo de contenido. ¿Qué significa esto? Las obras artísticas pierden su esencia, al igual que la perdieron los zapatos de cuero hechos a manos por antiguos artesanos cuando se introdujo la famosa cadena de montaje de Ford.
Ya que en lo que concierne a las relaciones humanas, sería casi (por no decir completamente) imposible establecer reglas que las eximan de toda lógica consumista, tendríamos que replantearnos, como seres pensantes que decimos ser, qué es lo que nos está pasando, si es éste el mundo en que queremos vivir y si toda esta oferta material que hallamos a la vuelta de la esquina reemplaza, en cuanto a la búsqueda de nuestra felicidad, al antiguo lazo entre dos o más personas que se quieren y respetan. Y, recordando el viejo refrán, será mejor despertar antes de que sea tarde.

5 comentarios: