Portada: Monumento 11-M (cortesía José Luis Ayuso)
V
El profesor marroquí Abdessamad Dialmy[1] tiene razón al afirmar que «el terrorismo islamista marroquí es un fenómeno multidimensional, a la vez, económico, religioso, político, cultural y psicológico que puede ser considerado como un hecho social total».
Difícilmente se puede discrepar con este eminente especialista del integrismo radical cuando afirma que « se trata de un fenómeno extremadamente complejo».
[1] Profesor en la Universidad de Fez ( Marruecos)
Complejo y, a menudo, contradictorio porque un simple análisis objetivo del salafismo-yihadista marroquí, sus ideólogos, sus tendencias esquizofrénico y sus «profetas» introduce en la perplejidad más absoluta.
La psicosis terrorista en muchos países del mundo, especialmente en Europa o en Estados Unidos sirve, muy a menudo, para atenuar los efectos de masacres israelíes contra sus vecinos palestinos o libaneses.
Desde el 11 de septiembre del 2001 en EE.UU. el 11 de marzo del 2004 en España o incluso, aunque con algunas escaramuzas callejeras en siempre en Casablanca, en Marruecos el 16 de mayo del 2003[1], se anunciaron infinitas veces alertas máximas y alertas de diferente color. Días, semanas o meses después desaparece misteriosamente la « amenaza» y se procede a disminuir su grado de sin dar la menor explicación ni de lo que era ni de cómo se ha contrarrestado.
Escuchemos la opinión de una autoridad en la materia en torno a la posterior instrucción de los atentados de Casablanca: «Cuando me encargaba de la cartera del Interior bajo el reinado de Hassan II y de Mohamed VI- opinaba el difunto Dris Basri, ex Ministro del Interior de Marruecos en una entrevista en octubre del 2006- los servicios tuvieron que hacer frente en muchas ocasiones a tentativas tendentes a derrocar al poder. La justicia presentaba entonces a los presuntos sospechosos a la opinión pública con pruebas que permitían incriminarlos: confesiones, pruebas, armas y documentos comprometedores. En el asunto en curso (se refería a la instrucción del 16-5), la autoridad encargada de la investigación evocó el descubrimiento de tres botellas que hubiesen podido servir a la fabricación de Cocktails Molotov. Es poco».
En este capítulo de incertidumbre se enmarca también el caso del español de origen marroquí Maghder Buchaïb, quien después de pasar anos en Suecia decide instalarse con su familia en Burgos donde ejercía la profesión de carnicero e imam «espontáneo» en una de las improvisadas mequitas de esta ciudad del norte de España. Al día siguiente del 16-5 fue arrestado en Casablanca a donde llegó a finales de diciembre del 2002 para presentar sus hijos a su familia, siendo juzgado y condenado por un tribunal de Rabat a la pena capital.
El diario El País revelaba al respecto que los servicios secretos españoles se mostraron atónitos ante la condena a muerte de alguien que, en España nunca se distinguió por su proselitismo extremista.
En cambio, otro español, Abdelaziz Echu, 31 años acusado de pertenecer a una asociación delictiva por su implicación en los atentados del 16 de mayo en Casablanca fue declarado inocente y puerto inmediatamente en libertad.
En efecto, muchos órganos de prensa del « prèt-à-porter» recuerdan muy frecuentemente que el peligro y sus amenazas no desaparecieron.
Jamaa Al Mezouak a donde juzgó importante enviar a uno de sus reporteros internacionales el prestigioso «New York Time» para investigar las redes que estimulaban a los jóvenes a optar por Al Qaeda para ir a realizar misiones suicidas en Irak reúne, como lo subraya el politólogo marroquí Mostafá Tossa[2], todos los ingredientes de un laboratorio a cielo abierto de lucha contra el extremismo…. Todos, menos, quizás lo que pensaba el enviado especial del rotativo americano, quien descubrió en este y en otros barrios de la periferia tetuaní que la inmensa mayoría de los practicantes eran, además de correctamente moderados, opuestos ferozmente, contrariamente a los políticos, a toda alianza con los narco-traficantes.
Efectivamente el reportero del « New York Time» encontró a fieles que se negaban rotundamente a rezar en las mezquitas construidas generosamente y equipadas costosamente de alfombras iraníes por dinero presuntamente procedente de tráfico de drogas.
Otra cosa fue lo que relato la periodista en sus crónicas sobre el Islam y los musulmanes de lo observado en Jamaa Al Mezouak y en F’nideq.
Desgraciadamente, en su afán de imitar ciegamente a su homóloga occidental, la prensa local y nacional en Marruecos fue contagiada con el síndrome anti-musulmán (islamista).
De esta forma, a raíz del desmantelamiento de una célula de reclutamiento para Irak, cierta prensa marroquí procedió a la publicación de artículos sobre lo que, inconcientemente, llamaba « alianza de los narco-traficantes con los terroristas islamistas». Sus fuentes no eran otros que la CIA americana, la DST francesa, el CNI español, entre muchos otros que eligieron Tetuán para instalar sus antenas sobre todo después de conocerse el atentado suicida, el 28 de octubre del 2007 en Bagdad de uno de sus hijos: Jamal Ahchouchi de 25 años.
De simple puente hacia Irak o… Atocha, algunos periodistas en ciernes en complicidad con los viscerales alérgicos al Islam y a los musulmanes convirtieron a la apacible ciudad del norte de Marruecos en un mantillo terrorista.
Nadie en Jamaa El Mezouak o en otros barrios de los arrabales de Tetuán, laureados, a pesar de ellos, con una siniestra celebridad terrorista, sintió jamás admiración alguna por cinco de sus indóciles hijos inmolados en Leganés.
Raúl Hernández, El Siete es-fue un excelente jugador. Sin embargo, no todos los madrileños lo son.
El sociólogo Mohamed Ayadi explicaba, el 23 de octubre del 2008 en las páginas de la publicación marroquí Al Magrebia que vivir en un barrio de chabolas no debe ser concebido como una característica de terrorismo «la estructura social que fue desmantelada en Marruecos y en el extranjero desmanteladas -explicó- muestra que la practica del terrorismo no se limita a las capas desfavorecidas de los barrios pobres y marginalizados».
En la misma publicación un habitante del Barrio[3] en Tetuán, Halhoul Abdelhamid se indignaba de la manera con que la prensa del país informaba sobre las células terroristas de Tetuán. «Era como si toda la juventud Tetuán no tuviera otro deseo que incorporarse a la guerra santa e ir a Irak a hacerse explotar».
No obstante, la insolencia en algunas partes de Occidente, como España, puede alcanzar dimensiones realmente alarmantes. «Los españoles han comenzado a tomar en serio la principal amenaza a las democracias europeas - escribía el lunes 3 de mayo del 2004 en su Blog Alejandro del Valle-: el totalitarismo islamista que la mayoría de los analistas y responsables políticos europeos persisten en querer llamar «fundamentalismo» o «integrismo» como si solo nos enfrentamos con Ben Laden o los Hermanos Musulmanes a una versión «verde» de los tradicionales integrismos de las «religiones del Libro» y naturalmente condenadas a apaciguarse con la ineluctable modernidad y la «pacificación» de Irak y del conflicto árabe-israelí».
Más integrista… ¡Imposible!
Todo un terrorismo intelectual. Un insulto a la inteligencia de casi 1 500 millones de musulmanes.
En el mismo capitulo de esta xenofobia primaria y sub-desarrollada se enmarca la episódica y «morófoba» campaña en el sur de España contra las exportaciones marroquíes de tomates, en virtud de acuerdos entre Rabat y Bruselas hacia la UE. Ningún andaluz, menos aun los agricultores, algunos de los cuales se erigen como auténticos gladiadores contra el paso de los productos agrícolas de su vecino del sur, ignora la impresionante cantidad de tomates y de naranjas Made In Israel, que llegan diariamente a los diferentes mercados andaluces.
Pero Israel está lejos. Marruecos cerca… quizás mortalmente cerca. «Además Israel no exporta a sus inmigrantes» comentaba uno de estos gladiadores en el parlamento andaluz durante una de sus sesiones de marzo del 2009.
Mas incoherente… ¡Imposible!
[1] Cuatro atentados suicidas en Casablanca, contra un círculo de la Alianza Hebrea en Casablanca y dos lugares frecuentados por extranjeros mas la Casa de España en la capital económica marroquí causaban 41 muertos y un centenar de heridos.
[2] La definición de Mostafa Tossa abarca a todo el país
[3] Uno de los grandes barrios periféricos de Tetuán que, junto a Saniat Ramel fue construido para hacer frente al éxodo rural en los anos 40.
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ResponderEliminarpero después de navegar a través de él leyendo muchos de los
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