las tormentas caen sobre
las medallas
en el corazón
de dioses ausentes
van con ojos desnudos
sembradíos de luces
entre los retazos
de este universo
donde los átomos
imponen formas interminables
sobre la aridez de un tiempo
lleva los vientres
escrito en las historias
que han abierto
sus pieles alunadas
a los rigores
de hombres
orfebres del destino
y mártires de su propia fe
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