Fue
un verano como cualquier otro. Un horno de 40 grados, Estaba sentado en la
central de trenes, en esa época, aún era de pasajeros que iban y venían
desaforados unos contra otros. Sudados. Azorados si por vez primera llegaban a
la ciudad. Entre la muchedumbre, vi el rostro más hermoso que contrastaba con
el gris de las instalaciones ferroviarias. Era una joven de aspecto alegre.
Descendió del vagón con los brazos abiertos como si quisiera volar y
aterrizaron sus ojos en mí. Avanzó con una seguridad que yo no tenía. –Sàbes
vos, ¿dónde puede una comer acá?- su acento extranjero se mi hizo más
sensual que ella misma. Vestía algo extraño. Un tipo de moda que tardaría
muchos años en llegar al pueblo. Muy esporádicamente algún joven se atrevía
vestir los pantalones acampanados, Ella vestía un pantalón viejo, rasgado,
deslavado, muy, muy ajustado y una blusa de apariencia fresca como su sonrisa.
Con timidez le indique la fonda de la central y me atreví a sugerir. –Si pides
el caldo, recordarás siempre esté lugar-. Me observó con una curiosidad que me
incómodo y de pronto tomó mi mano. –Anda acompáñame con un café-. En la
proximidad su rostro era más hermoso y jovial, accedí sólo para seguir
contemplando su belleza como cuando contemplas una obra de arte.
Durante la comida habló de muchas cosas que
no comprendí, la escuchaba y yo sonreía; ella hablaba, sonreía, comía, bebía y
hablaba con su acento extraño. El tren silbó anunciando la salida. La acompañe
hasta el vagón y en el pie de las escalinatas me preguntó mi nombre. –Disculpa,
no me dijiste tu nombre-. –Pedro-. -¿Y tú?, Tampoco me lo dijiste-.
-Soy Karen- me contestó y los
dos nos sumergimos en un silencio en el cuál deducimos que nuestros nombres no
importaban tanto como el hecho de conocernos. Tres silbidos más pusieron en
marcha la locomotora. Una nube brotó de los andenes y entre esa bruma grito:
¡búscame en Facebook!
No entendí en ese momento que me decía. ¿Qué
la buscará en dónde? Siempre me pregunté. Hoy a cuarenta y cinco años de
distancia la volví a ver como la muchacha de rostro hermoso y jovial. Le mande
mi solicitud de amistad…. Espero y se acuerde de mí.
La ropa tan adelantada a la epoca y el pedido de ser buscada en Facebook sugieren que era una viajera del tiempo.
ResponderEliminarUna hermosa viajera del tiempo.
Seguramente, se acuerda del protagonista. Para ella, tal vez fueron unos minutos de diferencia con 45 años atras.