Portada: Monumento 11-M (cortesía José Luis Ayuso)
«La modernización del Islam no tiene nada que ver con la islamización de la modernización». La voz del imam en su sermón que precede la oración solemne del viernes le recordaba a Abdelkrim tiempos muy difíciles en que se encerraba en el templo para que nadie lo descubriera y empezaba a pedir a Dios a «indicar a Yusef la vía justa». Levanto levemente la cabeza. Recorrió la enorme sala, ricamente decorada con versículos del Corán y de velas de Mulay Yakub[1] y sonrió disimuladamente al pensar que «que tanto pedía a Dios por mi hijo que se me olvido pedirle hacer algo por mi y por Malika».
«Dios mió como cambio todo», exclamaba y volvía a exclamar perplejo, admirando la suntuosidad de algunos edificios.
Jamaa Al Mezouak dejó de ser lo que era, pero los recuerdos seguían quemando su imaginación. Al observar la sonrisa de los niños del barrio, en su inmensa mayoría felices pobres, Krimu[1] convertido ahora, gracias a su 4/4 y a su «generosidad» objeto de mil leyendas en Si Abdelkrim[2] se preguntaba mil veces si su esposa Mailka asumió debidamente su responsabilidad de madre y de educadora.
- Bastante ha sufrido la pobre, le advirtió su hermano cuando observando a un grupo de niños corriendo Si Abdelkrim levanto la cara hacia el cielo y dijo: «La Haula ua la Kouatta ila bi lah»[3]
- Yo lo perdoné todo. Malika es mi otra mitad pero Malika debía acercarse más a su hijo y dejar de alimentar las susceptibilidades entre él y yo. Lo primero no quita mérito al otro.
- Pero...
- Escúchame y sobre todo entiéndeme, Seddiq. Quiero que lo que voy a decir quede claro… muy claro: yo no reprocho ahora nada a nadie. Lo de Yussef fue voluntad de Dios. Nunca supe por qué y no me gustaría saber ahora. Además no se trata de la vida de mi hijo sino de la de 200 inocentes y no me acuerdo del espeluznante número de los heridos entre leves y graves. ¿Me entiendes? Nuestra responsabilidad es enorme. La debemos asumir. La educación de los niños, en nuestra sociedad, es responsabilidad exclusiva de las madres. ¿Sigues mi mirada?
- Si, pero el pasado está detrás.
- Estar detrás no significa borrado y no debe asustarnos. Bastaría plantarle cara y es precisamente lo que hago y he decidido hacer. Allí tienes a Malika recuperando el tiempo perdido. Ahora todos los niños de este barrio deben ser sus hijos. Que los cuide, que les enseñe los errores de Yussef y los suyos, que trate de evitar que nadie se descarríe que...
- Que nadie juegue con cinturones explosivos.
Una metamorfosis humana. Seddiq informo a algunos miembros del consejo municipal de la intención de su hermano de invertir en el dominio de la enseñanza privada en el barrio.
Su hermano le prometió que «desde ahora en adelante me encargaré personalmente de, por un lado, que nuestros hijos hicieran una sana lectura del Corán y de los preceptos de nuestra noble religión e intensificar la legitima reivindicación para que el Ministerio Marroquí de Asuntos Islámicos nos mandara a predicadores a nivel de la mentalidad de nuestros hijos en España, por otro»
«El efecto Yussef» cuya catastrófica subterfugio tendente a subyugar con la violencia y el rencor, surte, tres años después de su desaparición, una nueva conciencia plasmada en loables iniciativas para el barrio y quizás para la comunidad internacional en general.
Abdekrim a quien más de uno acusa, con o sin razón de ser un narco-traficante se reconvierte en francotirador de la paz, de la concordia y de la coexistencia pacifica y armoniosa. Abdekrim a quien pocos le pueden perdonar por lo que ha hecho a su esposa, opta por dar el ejemplo…el mejor ejemplo para luchar eficazmente contra el extremismo y la utopía religiosa. Abdekrim a quien la mayoría teme y envidia se pone al servicio de la comunidad y de las causas justas y nobles de la humanidad.
- Si el hombre se blanquea.
- ¿De qué se le acusa?
- No lo sé.
- En cambio sabes que se blanquea.
Con su audaz proyecto anti-terrorista, el hombre adquiría dimensión y con ella, adeptos y detractores. Las incidencias de la nueva situación creada a raíz de la reconciliación de Abdelkrim con su esposa y la emergencia de una nueva conciencia adaptada perfectamente a los imperativos de la cohabitación, lejos de la subjetividad de unos y la xenofobia de otros.
Durante meses, Abdelkrim, sus abogados y sus empleados recorrían oficinas y departamentos para lanzar su estrategia de comunicación a través de la creación, no solo de lugares de culto, sino también y sobre todo de educación y de reflexión.
- Toda esta gente está corrupta
- ¿Y qué? Lo más importante es que no me voy a cansar y que por fin, después de 59 años de vida me doy la perfecta cuenta de que esto se debe llamar dar un sentido a su vida… una razón de ser… un sano motivo para dormir con satisfacción y despertarse, ávido de ayudar al prójimo.
Sin platonismo ni idealismo, Abdekrim tenía una clara idea de su proyecto para combatir el criterio absoluto e ideas que rozaban las nefastas lucubraciones. Tenía lo necesario para ponerlo marcha. No le importaba el concierto de pasiones ni las dificultades ante aquel mundo injusto y cruel pero tolerado por el miedo al cambio o la ignorancia de la virtud de este cambio. No cesaba de prodigar sus consejos a sus colaboradores para obrar conforme a la realidad existente y con la suficiente voluntad de hacer frente a toda eventual zancadilla «porque los hay y no precisamente malos que prefieren los valores existentes y el modelo del que se han inspirado siempre». Advertía contra lo que calificaba de «zafarrancho» y auspiciaba paciencia, ponderación y cultura de tolerancia.
Sabía pertinentemente que no iba a ser fácil. «Os juro que vale la pena. Siempre vale la pena salvar vidas humanas. Estoy seguro de que habrán muchos que van a renunciar a sus proyectos terroristas. Esto en terminología geo-estratégica se llama secarles las fuentes de recursos humanos»
Poco a poco el proyecto anti-extremista de Abdelkkrim se convertía en una autentica obsesión. Su casa convertida en una verdadera mansión presentaba el aspecto de una sala de operaciones con interminables debates y sugerencias. En primer factor común entre todos los actores del proyecto consistía en que todos estaban seguros del éxito de su empresa.
- Lo vamos a intentar.
- No vamos a hacer algo más que intentar.
- La idea es noble
- Es más que una idea. Es un proyecto y una determinación inquebrantable.
Mezuakistan[4] debía imperiosamente dejar de serlo. Sus hijos debían recobrar indispensablemente su sonrisa y sus travesuras y sus adultos dejar de escuchar constantemente gritos de guerra y que sepan perfectamente los limites de la tolerancia. Las mentes debían encontrar soluciones a los atascos confesionales, producidos por profesionales del terror, venidos de donde nadie sabe.
Un mañana distinto y distante hecho a base de la buena fe, la compresión, el amor y la mano eternamente tendida. Un mañana en el que se pondrá termino al hooliganismo religioso a menudo difícil de describir casi siempre duro a soportar. Un mañana en que todos comiencen a vivir en vez de limitarse a existir…. Un mañana en el que desaparecerá la ingravidez sin aviso previo y la ingenuidad gratuita.
Jamaa Al Mezouak se disponía a estrenar era… un nuevo capitulo en el que no se cerrarán los ojos ante predilecciones dudosas ni ante predicaciones sospechosas en terrenos abonados con injusticia, exclusión y segregación social.
Si Abdelkrim quería que en Jamaa Al Mezuak todos sean testigos oculares de la victoria de la virtud sobre la impostura y el placer.
[1] Diminutivo de Abdelkrim
[3] “Solo Dios es fuerte” exclamación de los musulmanes en momentos de desamparo o apuro
[4] En referencia a los talibanes en Afganistán
[1] Estación-santuario térmica en las cercanías de Fez
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