Es un día de
tantos que despierta con el rumor de los automóviles. Los pájaros ahora anidan
sobre el intestino eléctrico de las ciudades. Su canto ya no despierta a sus
moradores que caminan indiferentes al drama del pájaro.
Él lo sabe y desde el quinto piso de su departamento abre la ventana, abre
sus brazos. Cree tener la sensación de los pájaros al volar, siente la brisa,
siente el vacío que lo devora.
Es un pájaro menos en la ciudad.
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