Dadme de beber de tu ánfora el vino destilado por tus
manos..
dejadme conocer los sinuosos laberintos de su sabor,
el exquisito aroma de su néctar.
Te espero en el jardín que ya conoces.
Los pétalos del
ciclamen tienen el color de tus labios
y el sándalo se esparce solamente para ti.
Te esperamos yo y mi beso y esta tranquila manera
con que libero tu piel de los pliegues angustiosos
de tu peplo
como me enseñaste a desprender
las Fíbulas de tus hombros.
Quiero ver caer desmadejadamente la túnica que guarda las
breves
prominencias de tus senos.
Ven, dadme de ese vino que guardas en tu ánfora.
Bienvenido a Todas las Artes Argentina estimado colega Ernesto R del Valle, Felicitaciones...
ResponderEliminarUn placer recorrer la calidad literaria de su obra
que recorre nuestro Sur.
saludos afectuosos