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viernes, 2 de mayo de 2014

MIENTRAS EL LOBO NO ESTÀ, por Irene Avilés, de Buenos Aires, Argentina

A Claudia R. Gracias

Los niños somos muy malos, crueles y a veces tenemos la suerte de borrar de nuestro camino a seres y cosas sin el menor remordimiento de nuestra parte.

Mientras dura nuestra niñez no nos damos cuenta de las barbaridades que realizamos porque nos hacen felices.
Yo, por ejemplo, cometía daños que me provocaban mucho regocijo como quemar el árbol de navidad de mi primo más querido, dejar completamente pelados los helechos de mi abuela o tomar el resto de bebida alcohólica que quedaba en las copas durante las fiestas familiares.
Lo de la bebida  suscitaba enorme ansiedad en los mayores, que se desvivían a mi alrededor con gran pesar por no vigilarme mejor, ya que me suponían  un niño ignorante del peligro que puede ocasionar el vino en una mente tan tierna e inocente.
Debo reconocer que lo disfrutaba, resultaba  sumamente placentero ver la desesperación de los adultos, más  que la mejor  golosina  que pudieran ofrecerme.

Dice Analía, mi sicóloga, que no debo sentir culpa por cosas que asegura son normales a esa edad y la verdad, no quiero sobresaltarla haciéndole saber que no me acosa ninguna culpa.
Sé que va contra mí el mentirle a ella, que no me ayudo para poder conseguir mi tranquilidad, mi normalidad, mi realidad, cosas que piensa que  perdí totalmente.
Es que no sabe que yo soy autónomo; no me interesa en lo absoluto y si pierdo tiempo y dinero con sus sesiones pago con mucho gusto la diversión, lo hago porque se usa.
¡Y no le conté como me retuerzo de risa cuándo alguien se cae al suelo y especialmente si es un gordo! Además si se lastiman al caer, la sangre no me impresiona para nada.
Los chicos somos así.
Indudablemente me ve raro, y no se si es normal carecer de arrepentimientos y culpas, pero ¡la pobre lo hace todo tan retroactivo! ella escarba, escarba y yo tranquilo, no se da cuenta que por más que profundice  sigo con los sentimientos de niño para ciertas cosas.
Y me gusta, a pesar de que trato de que los niños que me han tocado como padre, no cometan los mismos desastres que yo cometí con tanto deleite.

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Si soy riguroso con ellos es para que no me atormenten a mí.
A veces les tengo miedo porque yo sé, tengo experiencia.
En cambio ¡Eran tan inocentes papá y mamá! De algo estoy muy orgulloso, cuándo me conviene puedo llegar a ser el hombre  más maduro y admirable de la tierra, bondadoso, ecuánime con mis empleados, protector y cariñoso con mi mujer y mis hijos.
Además mi inteligencia y capacidad me han hecho descollar en mi carrera,  que es brillante, claro que tuve que contener mis impulsos, es dificilísimo diseñar y construir edificios tan altos y hermosos  por los cuales he sido premiado en varios países y mirarlos soñando que se desploman catastróficamente, sin poder hacer otra cosa que sonreír agradecido ante los lauros que  brindan al genial arquitecto que los levantó.  
Yo pienso que gran culpa la tiene el haber sido criados con tanta confianza con la muerte, parece que le hemos perdido el respeto.
Mi familia era buenísima, especialmente con nosotros los niños, pero cuándo papá y mamá nos dejaban unos días en casa de los abuelos Elsa y Héctor, teníamos que pasar todas las noches por un rito que ya nos había hastiado: antes de ir a la cama nos llevaban ante el ropero grande y negro que estaba en su dormitorio y abriendo la puerta del medio, esa con el espejo con marco de angelitos y racimos de uvas, nos pedían ¡Saluden a las cenizas de los bisabuelos, díganles hasta mañana! y nosotros saludábamos obedientes a las cajas negras y lustrosas.
No sé, tienen una fijación con esas cosas.
La abuela Hilda intercambió con su cuñada Norma puñados de cenizas de los padres de ambas y las pusieron en el jardín de atrás, encima plantaron: Hilda un ciruelo y Norma un durazno.
Fue antes de que nosotros naciéramos, pero al tiempo comenzaron a dar ciruelas y duraznos, no nos importaba comerlos pero ellos aburrían con eso de ¡Cómanlas con respeto chicos! ¡Agradezcan a los papitos de sus abuelas tan ricas frutas!
Yo a mis hijos les doy frutas y verduras transgénicas, prefiero que se conviertan en mutantes.
Y cuándo a mi hermana Rita se le ocurrió, después de irnos del cementerio con las cenizas del marido, pasear por Corrientes como hacía con él y luego invitarnos a mi mujer y a mí a cenar en El Palacio de la Papa Frita, no llevamos a mis niños.
En verdad  la gente nos miraba ceñudamente; ver a tres adultos comiendo como si tal cosa, más una cajita en una silla, debía resultar raro porque a la cajita mi hermana le hizo poner plato y cubiertos.
Hoy tengo que ir a la consulta de Analía, así que voy a aprovechar para jugar un rato antes de encontrarla.
Es la primera vez que me pone nervioso verla, yo supongo que es porque estamos tratando la muerte de papá ¡Que morbosa me resulta a veces!
Ella insiste con que las bolitas en la escalera las puse a propósito, no se da cuenta que los niños olvidamos los juguetes en cualquier lugar.
A mí no me importa lo que ella opine, además la caída fue tan estrepitosa, tan de película de terror, lo disfruté tanto!
Mamá sufrió muchísimo  pero, como papá nos dejó una parva de dinero se le pasó enseguida.
Mamá es muy piola por eso vivió hasta ahora, y en muy buen estado físico y mental, yo a mi mamá la admiro enormemente.
Pensándolo bien antes de ir al consultorio de Analía pasaré por casa, me preocupa el revolver que le saqué a escondidas a tío Horacio, tengo que guardarlo bajo llave.
Soy un inconsciente dejando un arma al alcance de los niños, a los pobres inocentes se les podría escapar un tiro y no quisiera estar ante ellos.
¡Somos tan crueles los chicos!

5 comentarios:

  1. Este personaje tendría la admiración del Joker (villano de Batman, conocido como El Guasón). O su odio, porque lo vería como un competidor.

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  2. Querido Demiurgo, hemos buscado el premio que nos mencionas en http://eldemiurgodehurlingham.blogspot.com.ar/ y no lo encontramos. Estará en otro blog? Saludos cordiales y a tu disposición. Eva y Carlos

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  3. No está en otro blog, que sí tengo. Está en ese.
    Se trata de un premio virtual, mencioné 15 blogs. El de ustedes cierra el segundo grupo de blogs mencionados, el número 10 que menciono en total.
    http://eldemiurgodehurlingham.blogspot.com.ar/2014/05/un-premio-mas.html

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  4. Muchas gracias!! Ya "nos" encontramos!! Un placer y un orgullo. Muchas gracias y un gran abrazo. Eva y Carlos

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