Una foto de 2002 que mostraba un
hombre prendiéndose fuego para impedir el ingreso de la Policía en un edificio
que habían tomado, fue el disparador de la novela Romance de la negra rubia, de Gabriela
Cabezón Cámara, editada por Eterna Cadencia que se presentó la semana pasada.
Una
novela al mejor estilo Cabezón Cámara, llena de desenfreno y desmesura, sobre
el arte que se transforma en vida y la vida en arte, sobre la construcción del
mito y el relato que sostiene a una comunidad en relación con el poder político
y los medios.”Soy de esas personas que escriben como una manera de pensar. No
me sale tan bien pensar con la oralidad. En cambio, una palabra me lleva a la
otra”, definió la autora sobre su proceso creativo.
Gabriela
Cabezón Cámara nació en 1968 en Buenos Aires. Publicó La virgen cabeza (Eterna Cadencia, 2009) y Le viste la cara a Dios (2011), texto que sirvió de punto de
partida para su primera novela gráfica, Beya.
Le viste la cara a Dios, en coautoría
con Iñaki Echeverría y publicado por Eterna Cadencia en 2013. Beya recibió la distinción Alfredo
Palacios del Senado de la Nación en reconocimiento a su aporte a la lucha
contra la trata de personas y fue declarada de interés social por la
Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.
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