Una mancha oscura
enluta la bandera,
de mi tierra
amada enseña.
Ella acompaño
con valentía
luchas y amarguras
bajo el yugo y el hastío
de una larga
dictadura.
En manos firmes
de un pueblo decidido
a liberarse,
la democracia
por fin obtuvo.
Con esta llegaron
nuevas afrentas
y mientras la patria
vitoreaba
dando trémulo sus
primeros pasos
de tolerancia y libertad,
desde el horizonte
se asomaba
el libertinaje
con el disfraz
de la democracia revelada;
pregonando moralidad
bajo el manto
de la cristiandad.
Esta democracia….
sembrando engaño
con sus mentiras
es procaz.
Con ojos ciegos
y oídos sordos
subyuga altiva
a la comunidad.
Ante promesas
quebrantadas
con los puños
levantados
el ciudadano
se ha olvidado
de aquello que es
sagrado:
el respeto a la vida,
al hermano del mismo linaje:
al Paraguayo.
¡Y el pueblo engañado
se vuelve salvaje!
Desenvaina el puñal,
arremete con fusiles
y el saldo es en verdad
…..despiadado…..
Mueren soldados
mueren civiles.
Ondean tristes
las banderas
a media asta
y enlutadas
con manchas negras
que recuerdan
a los caídos
hermanos en sangre:
Policías y camaradas.
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