(del libro “Pendientes”)
¿Qué habrá hallado
el bisturí rencoroso
cuando abrió el cerebro
del poeta Jacobo Fijman
en la morgue del Hospicio
en aquel verano de 1971?
¿Qué puede encontrarse
en la disección prolija
del cerebro de un poeta?
¿ Los restos de una rosa,
los fragmentos del ala de un ángel
caído en las aproximaciones
que generan ciertas lágrimas
o la belleza indeclinable
de una estrella o pájaro
entrevisto en gravedad lunar?
O, tal vez, las destrucciones programadas
de los electroshoks,
la miseria del dolor
suministrado a los "otros"
y la tristeza de un cartel
que oscila con una brisa
que viene del absurdo
atado al dedo gordo de un pie
que dice: Jacobo Fijman,
72 años. Y yo agrego:
a quién Dios o algún ángel mensajero
rozó, como suele decirse,
en algún día señalado
a su espíritu abierto.
Muy hermoso!
ResponderEliminarMuchas gracias, Hada Infinita!!!
ResponderEliminarLos que hacemos este blog sólo somos intermediarios entre las excelentes colaboraciones que recibimos, entre los cuales se encuentra el talentoso Santiago Bao, y nuestros fieles y entrañables seguidores como vos. Y de vez en cuando despuntamos el vicio, un jueves Eva y otro Carlos. Fraternales saludos
Eva y Carlos