Buenos Aires
Ciudad esquiva que le da la espalda al río
puerto donde alguien suspira un amor
barrios de conventillos y cocoliche
nostalgia de otra tierra y otros brazos
Sos empedrado, baldosas y gramilla
mármol y hormigón, cristal y piedra
ecos remotos de próceres y tauras
voces frescas con aliento a fernet.
Te siento mía, te metiste en mí
en una esquina tanguera de Boedo
en un aljibe de Plaza Dorrego
en un café de la calle Corrientes.
Borges
Te llevaste a Asterión y sus congéneres
pero nos dejaste el laberinto
enumeraste al azar y por capricho
los términos de un Aleph inexcrutable.
Quedó una imagen en medio de tinieblas
en un espejo de pálido fulgor
un vate ciego capaz de iluminar
la noche oscura de la ignorancia eterna.
Suburbios
¿Cómo será volver a Solano cada tarde?
¿Cómo morir de amor por una panadera?
¿Qué siente alguien que ayuna por la fuerza?
¿La madre que remienda la ropa de sus hijos?
Hoy soy obrero, modista, verdulero
peón de estancia, albañil y mucama.
Escucho cumbia, cuarteto y reggeatón
Este domingo quizás vaya a la plaza
Puedo ser ellos, sentirlos en mi cuerpo
Puedo ser otros, meterlos en mi vida.
Me duele el barro, las moscas y los perros.
Me duele el hambre, el frío y la miseria.
¡¡¡Uauuu!!! Los tres llegan al alma. Me quedé sin palabras, extasiada.
ResponderEliminarEliza
Muchas gracias Eli. En breve seguiremos publicando tus hermoso cuentos y los de Miguel, que realmente también dejan extasiada a la gente.
ResponderEliminarUn gran abrazo
Eva y Carlos
Editores de "Todas las Artes"