Miro el sobre
atentamente, mientras apuro mi café con leche, acabo de salir de la Notaria. De
el testamento de mi abuelo me corresponden este sobre, y las escrituras de
propiedad de una finca familiar cuya existencia mi padre y yo ignorábamos, y
que dista unos veinte kilómetros de Utiel
en alguna parte entre las provincias de Cuenca y Valencia, se llama
“Villa Muñoz”. Aunque por lo visto los pocos que hoy día la conocen se refieren
a ella como “la casa del Frances”.
Mi abuelo José Fernando
ha muerto a los noventa y siete años, una noche se acostó y simplemente no
despertó mas, su reloj se paro de puro
agotamiento tras toda una vida de duro trabajo. Era un hombre reservado pero cercano,
de comidas familiares los Domingos y regalos navideños para todos sus nietos
etc…, por eso es raro que nunca nos hablara de la “casa del Frances” a mi Padre
o a mí.
Además de unas pesadas
y de antiquísima apariencia llaves metálicas (que imagino serán las de la
propiedad), el sobre contiene una nota explicativa para mí.
“Ernesto, supongo que te sorprenderá el saber que tenemos una villa en
el campo, y mas todavía que nuestra familia mando construir la misma en el
siglo XVIII. Es un secreto que en nuestro linaje se transmite de un varón a
otro, a veces saltándose escalones, como he hecho con tu Padre, no por nada,
simplemente por que tu padre es un buen hombre, puede que demasiado bueno.
La existencia de esta finca es un pesado legado que
soportamos los portadores de tu apellido.
Nuestro antepasado Fernando Muñoz, durante la guerra de la
independencia era un reconocido prohombre, médico avezado cobraba por sus
servicios a los ricos, y atendía gratis al pueblo, elaborando personalmente los
remedios y medicinas, también era un comprometido patriota que cuando nuestras
tropas se tuvieron que replegar, para defender los muros de Valencia, atendía
de sus heridas a los guerrilleros que caían hostigando a las tropas de
ocupación Napoleónicas.
Todo el mundo le quería y confiaba en el, un día, un pastor
llego a la comarca con un mensaje de Valencia. La Junta Provincial de
Resistencia ordenaba a los guerrilleros de Utiel, Requena, Camporrobles, y
otras Pedanías y Villas próximas, que se agruparan para lanzar un contraataque.
Era necesario cortar las vías de aprovisionamiento Francesas desde el centro de
la península, con el fin de ganar tiempo para que los refuerzos Españoles
llegaran desde Cartagena, y poder quebrar el asedio de la Capital del Turia.
Nuestro antepasado convoco en su villa una reunión de todos
los jefes guerrilleros con sus lugartenientes, que todos se juntaran era
arriesgado, pero coordinar esa operación por medio de mensajeros era imposible.
Como “Villa Muñoz” era una casa aislada, a la cual era imposible aproximarse
por el valle sin ser visto, de fácil defensa, y sobre todo dado el crédito del
que disfrutaba el convocante de la reunión entre la Guerrilla, todos los
Patriotas aceptaron el acudir el 10 de Noviembre del 1811 a las diez de la noche.
Pero algo horrible ocurrió, a las diez y media, estando todos los Mandos de la
Resistencia, discutiendo los detalles operativos tras conocer las órdenes que
llegaban desde Valencia, Fernando Muñoz el anfitrión, se ausento de la casa
disimuladamente, y encendió el farol de la puerta principal, era una señal. De
los graneros de la propiedad surgieron súbitamente un centenar largo de
Fusileros Franceses, que irrumpieron en “Villa Muñoz” por todas sus puertas.
Dieron muerte a todos los allí reunidos que lucharon
bravamente vendiendo caro su pellejo, pero carecían de toda oportunidad, murieron luchando
sabiéndose traicionados por D. Fernando el médico. Pero hay mas, cuando la
refriega ya estaba decidida, Fernando entro en la casa e identifico ante los
Franceses a los principales líderes, los que ya estaban muertos tuvieron
suerte, los heridos sufrieron antes de morir atroces tormentos en el transcurso
de brutales interrogatorios, ojos sacados de sus cuencas con hierros candentes,
clavos introducidos en las rodillas a martillazos de un lado a otro de la
pierna, y cosas que no quiero ni nombrar.
Nadie supo cuanto le pagaron, todos ignoraron por que
Fernando hizo aquello, el mismo, cuando ganamos la guerra evidentemente se
exilio en Francia, y posteriormente en Inglaterra, muriendo en Londres solo y
enloquecido por los remordimientos el 10 de Marzo de 1832 a la edad de 55 años.
Como ahora comprenderás, en nuestra familia se estableció
una Ley de silencio y olvido, la ignominia de uno no tenia por que manchar a
todos. Ernesto ahora tu conoces la historia, tu obligación es mantener ambos el
secreto y la finca, te lo encargo a ti por que te considero digno de esa
empresa, conoce la verdad y la verdad te hará libre. Y solo me atrevo a darte
un consejo TEN CUIDADO
Fdo Tu Abuelo José Fernando.”
Tras leer la carta de
mi Abuelo estoy alucinando, son las dos de la tarde pero no quiero ni comer,
adjunto al manuscrito en el sobre hay un plano que indica con exactitud la
localización de “Villa Muñoz”, o como me gusta mas la “casa del Frances”.
De manera que pago el
café, subo a mi coche y tomo la Autovia A-3, desde Valencia si el tráfico lo
permite, estaré en unos noventa minutos en la casa.
Fin del I Capítulo.
En Valencia (España), a
Febrero de 2012.
Ernesto Costa.
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