Lo saco de su caja
Me lo llevo a la mano,
Es virgen y blanco, con todo el placer por delante
Lo miro, lo doy vueltas
Saco mi encendedor y lo ayudo
La primera bocanada es aliento fresco, es vicio que entra
Deliciosamente por los pulmones.
Lo doy vueltas, lo miro y soplo su brasa
Incandescente, rubí y papel quemado
Nadie entiende, debo salir a la calle
Todos me miran como un paria,
Sin embargo es mi amigo
Mi camarada de soledades, de angustias, de alegrías, de tristezas
Siempre está, no necesito llamarlo, lo saco y ya
A la mitad un desconsuelo de acabarse me invade,
Sin embargo otra pitada lo vuelve a la vida,
Lo tomo entre dos dedos, juego con él, lo miro se soslayo
Cigarrillo eterno, fiel acompañante de noches solitarias
De polvos bien hechos
De caminatas sin sentido.
Ya es colilla y me conmueve,
Lo debo tirar, debo reemplazarlo con mis pulmones
Lo tomo entre dos dedos y lo arrojo como quien tira una canica
Hacia el viento, contra las olas
Deja una estela de bengala roja
Y yo quedo vacío, esperando al nuevo en su cajita.
Espero y pienso.
Amigo, compiche, compañeros de miles de aventuras
La parca espera agazapada, mordiéndome con alquitranes de podredumbre
Negros de barro en mi cuerpo.
No me importa, no me importa
Fuiste, sos y serás mi gran amigo.
Un Marlboro Box por favor, le escupo con satisfacción al kiosquero
Y me salgo silbando bajito,
Cada vez más bajito
Aunque también me miren como paria, entiendo, claro que entiendo. No hay otro amigo como él. Cobra bien poco, ¿qué es cuerpo comparado con el alma? y ¿qué amigo de los otros no nos destrozó el alma alguna vez?
ResponderEliminarHermoso homenaje le has hecho, gracias. Un abrazo desde uruguay,
Eliza - eliza@montevideo.com.uy