Estando en Damasco, Nito descubrio que en un kiosco vendian alfajores y nos sorprendimos mucho, luego de pensarlo un poco nos dimos cuenta que la palabra Alfajor sonaba muy arabe y empezamos a sospechar que quiza el alfajor no era un invento argentino. Asi que me propuse investigar y luego de indagar un poco veo que efectivamente el alfajor es un dulce arabe, Lean lo siguiente:
Los argentinos no podemos titularnos como los inventores del alfajor. No, lamentablemente no es otro gran invento argentino. El alfajor, al igual que el turrón, el almíbar o la mazapán, es un invento culinario antiquísimo de origen árabe y tradicionalmente echo a base de una pasta de almendras, nueces y miel.
En Argentina lleva una tradición de más de 130 años.
En los siglos posteriores, y con la conquista española de nuevos puertos, la divulgación de recetas milenarias tomó rumbo propio.
Se cree que con la llegada de los españoles a América el alfajor fue introducido por comunidades religiosas de misioneros y evangelizadores. En Argentina fue desconocido el significado de la palabra alfajor hasta bien entrado el siglo XIX. Era una tradición en la Córdoba española: en conventos y casas religiosas del siglo XVIII donde se preparaban, entre otras exquisiteces una artesanía formada por dos bizcochos cuadrados, unidos entre sí por dulce de leche, cubiertos por un vidriado de azúcar llamado tableta.
El pionero del alfajor en Argentina fue, hacia 1869, don Augusto Chammás, quien inauguró una pequeña industria familiar dedicada a la confección de dulces y confituras. Fue idea de este hacer una tableta, que en vez rectangular, fuera redonda. Así empezó a comercializarse esta golosina con el nombre de alfajor.
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